Tiempo no lineal, violencias heredadas, ancestrales y futuros imaginarios

De Galaxxia
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Tiempo no lineal, violencias heredadas, ancestrales y futuros imaginarios es un texto de Generación2 (representada por Ana Lozano) realizado en octubre de 2020. Generación2 fue seleccionada como colaboradora para las sesiones experimentales de pensamiento y escritura Claves para un manifiesto de las Jornadas de pensamiento xxi.

Exploración de Galaxxia. Partimos de la base de la exploración como método desde el que compartirnos, no sabemos a dónde vamos. Nos enfocamos en los procesos como estrategia cultural sin saber a priori hacia dónde nos dirigimos exactamente y sin un objetivo concreto abriéndonos a la posibilidad de lo diverso y mutante. Es en este proceso donde creemos que de forma orgánica nos encontramos en las contradicciones, en distintas estrategias o en conversaciones con personas que a priori no contemplamos en nuestros marcos.

Durante el proceso de conocer Galaxxia y les agentes con quienes se han intercambiado puntos de vista y preocupaciones, han resonado en nosotras algunos proyectos que podrían utilizarse como claves, en cuanto a la materialización de cuestiones que han rondado en las distintas conversaciones.

Somos las generaciones con más historia a nuestras espaldas en un momento en el que la tecnología nos está dando entre otras cosas, un aparataje de información, conocimientos, saberes y experiencias enormes al que mirar y en el que mostrarse. Partir de la intención de explorar y compartir claves en forma de proyectos realizados pudiendo partir de esas estrategias para imaginar desde ahí, desde lo conocido, otras posibilidades.

Valorar la posibilidad de que todo futuro imaginado va a estar influenciado por la carga histórica, social y cultural del contexto dentro del cual se ha desarrollado y que a partir de allí va a construirse. Imaginar escenarios futuros partiendo del presente y en colectivo, ante el reto de cómo construir imaginarios para que todes quepamos, de alguna forma entender los imaginarios como móviles, mutables y útiles, pero también como específicos y contextuales en referencia a distintas experiencias y conocimientos situados como apunta Donna Haraway. ¿Cómo imaginar un primer estadio para materializar o generar otras dinámicas que deseamos y necesitamos, en este caso en las prácticas culturales? Hoy día nos movemos en espacios, tiempos y formas relacionales influidas por cómo y para quién se ha pensado la sociedad. Este tipo de violencias heredadas, se manifiestan especialmente en aquellos espacios que piensan el todo como algo homogéneo, como pudiera ser la configuración de nuestros espacios públicos urbanos o la accesibilidad a los circuitos institucionales culturales. El Col·lectiu punt 6 en Barcelona, compuesto por artistas, urbanistas y arquitectas, reflexiona y elabora estrategias a partir de esas violencias heredadas manifestadas en la esfera compartida de lo público en las ciudades.

Proponen estrategias de diálogo con las personas que conforman vecindarios o zonas especialmente vulneradas por los criterios de normalidad social. En sus palabras: “¿No pueden hacerse las ciudades pensando en las personas? ¿No pueden ser amables y vitales? Sí que es posible, pero las ciudades han sido pensadas y construidas siguiendo los patrones y valores imperantes en la sociedad patriarcal y capitalista. Se han aplicado criterios considerados abstractos, neutrales y normales que, sin embargo, obedecen a experiencias bien concretas: la de una minoría masculina, de mediana edad, heterosexual, con trabajo estable, y con las tareas de la reproducción resueltas de manera invisible.” *También tener en cuenta los factores coloniales y capacitistas en la construcción de esa normatividad.

Si en lugar de ciudades, hablamos de ámbitos formales de cultura, nos encontramos con que los patrones y valores imperantes configuran nuestras formas de hacer y pensar e influencian también en a qué personas van a llegar estas convocatorias o llamamientos a pensar en colectivo. Por tanto, una de las claves podría ser tener en cuenta este capital heredado y trabajar en incluirlo en nuestros proyectos o en aquellas conversaciones donde se pueda examinar desde distintos posicionamientos. Por ejemplo, Costa Badia, que en su práctica se define como “artista y gestora cultural tullida”, genera en su performance Conversaciones en el museo una metáfora que parte de adoptar la figura de vigilante de sala para debatir sobre el control que ejercen las instituciones en lxs cuerpxs a través de esta figura. La soledad e incomunicación que implica este rol de vigilante en cuanto a la vinculación con les visitantes a través de únicamente transmitir las normativas del centro. Para esta performance llevada a cabo en La Juan Gallery y en Rizoma Galería, parte de su experiencia como vigilante de sala y reproduce esas imposiciones y control en un entorno otro, en el que no está sujeta a esas limitaciones pero las pone en evidencia para que puedan ser dialogadas y cuestionadas. Según sus palabras “Trabajaba como vigilante de sala en un centro artístico y tenía que estar diciéndole a la gente cómo debía comportarse, cómo “construir” su cuerpo para que se atuviera a las normas, es decir, que no hablaran alto, que no tocasen nada, que no se apoyaran en las vitrinas... Les estaba diciendo eso yo, un cuerpo no normativo”.

Aproximarse desde una experiencia no normativa, va a generar procesos de revisión de lo estandarizado, llegar entonces a otros lugares y territorios, formas de experiencia a través de revisar lo conocido y apropiarnos de ello. Investigaciones abiertas a resultados abiertos a que mute, a que queden obsoletos, pero también a que después de los años pueda perdurar como conocimiento y siga habiendo una continuidad o hilo conductor con el presente o nodo en la red.

En esta línea de apropiación de estrategias para revisar las estructuras y espacios culturales, remontándonos a 2013, el colectivo El Banquete realizó la acción La Sentada en la galería Maisterravalbuena, en la calle Doctor Fourquet, que consiste en llenar el espacio expositivo de sillas plegables disponibles para sacarlas al exterior, a la calle, y sentarse a conversar, apropiándose así del acto de salir a tomar la fresca que tradicionalmente se hace y forma parte de esas prácticas cotidianas comunitarias. El Banquete con esta acción genera a su vez una revisión política del propio espacio galerístico así como del espacio urbano.

Galaxxia entendida como contenedor de sedimentos tanto antiguos como nuevos que conviven al mismo tiempo. En la galaxia, si la equiparamos a nuestras prácticas culturales, conviven la información y experiencias del pasado con el presente y las diversas proyecciones hacia el futuro. Cada persona transitamos por la galaxia como monolitos distintos, dejando estelas, o consecuencias de nuestros movimientos y a la vez generando redes y participando como nodos en esta. La importancia de mirarnos como agentes culturales que pueden incidir en las generaciones coetáneas y en la construcción de futuros y la necesidad de que sea desde posicionamientos que se hagan frente a la Historia hegemónica que opera, tratando de frenar el que se cuele en nuestras propuestas, mute y encuentre caminos para perpetuarse. En esta línea, Asunción Molinos Gordo y Andrea Pacheco desarrollan en octubre de 2018 el taller Oficina de Arqueología Imaginaria, una propuesta en la Casa Encendida que invitaba a les participantes a hacer en colectivo una deriva por el barrio Lavapiés realizando un ejercicio arqueológico en cuanto a encontrar sedimentos o restos pasados en el presente, generando narrativas especulativas en torno a esos hallazgos y posteriormente poniéndolos en común. Todo ello bajo el marco decolonial de temporalidad no lineal, del cual habla la socióloga y escritora boliviana Silvia Rivera Cusicanqui, tal y como explican Andrea y Asunción en la descripción de Oficina de Arqueología Imaginaria.

"Oficina de Arqueología Imaginaria, se concibe como una oficina abierta al pensamiento multidisciplinar y a la creación colectiva, que integra saberes diversos y es capaz de desplegarse a través de diferentes formatos y dispositivos, en función del contexto o el territorio particular en el cual opera. Utilizando talleres, conferencias y/o exposiciones, la práctica artística es utilizada como una herramienta de “exploración arqueológica” en un amplio espectro, desde la cual es posible especular sobre esta idea de pasado-presente vinculado estrechamente a un territorio”.

En estas líneas, Andrea y Asunción proponen un ejercicio de apropiación de estrategias arqueológicas pero también artísticas en cuanto a la capacidad especulativa e imaginativa de la propuesta, como el término Oficina Imaginaria, que se propone como un espacio contenedor de distintas experiencias de investigación. En este taller se da el aprendizaje de partir de un posicionamiento artístico cultural con la posibilidad de apropiarse de estrategias de otras áreas de conocimientos para generar nuevas ficciones. Encontrar sedimentos inmateriales, como puedan ser canciones y refranes y por tanto que los planos de especulación no se limiten a lo físico y objetual, sino poder resignificar conocimientos y saberes más allá de lo académico.

Lo cultural y artístico como territorio diverso desde el cual proponer escenarios para diseñar futuros imaginados conjuntamente. Como agentes culturales compartimos un cierto territorio común con personas y colectivos que pertenecen a distintas disciplinas, posicionamientos y vivencias. Territorios imaginados donde sentarnos a conversar, poner en común, dialogar e imaginar el presente, a través de compartir saberes y experiencias con les otres y cuestionar las estructuras, herramientas, plataformas y modos de hacer de los ámbitos culturales hoy día para actuar.

Una de las estrategias en estos términos es la de generar espacios de intercambios de conocimientos, basados en algunas estructuras académicas de grupos de estudio, por ejemplo, pero que sirven para establecer marcos teóricos donde se conversan los significados de los distintos conceptos que utilizamos en nuestro día a día. Laboratorio discontinuo, es una propuesta de grupos de estudio para investigar juntes ciertos saberes, intercambiando textos y referentes en compañía, que parten de posicionamientos filosóficos que suponen en sí un acto de imaginación pero sobretodo de análisis de los conceptos que manejamos y que no siempre se refieren a las mismas cosas para todes. Partir de aquí entonces supone para un determinado grupo, saber que cuando se habla de conceptos generalizados nos podemos estar refiriendo cada une a cosas muy distintas.

Generar territorios imaginarios donde sentarnos a conversar sobre qué sería una unión de necesidades de las personas que pertenecen al sector cultural, qué necesidades se plantean y las estrategias que se emplearían. Marina Garcés, en su texto Dar que pensar sobre la necesidad política de nuevos espacios de aprendizaje comenta la necesidad generar espacios donde tener tiempo para compartirnos: “Así mismo, se apuesta por hacer visibles las decisiones políticas cotidianas que actúan detrás del repertorio cultural local. Frente al ingente consumo de información, frente al adiestramiento en competencias y habilidades para el mercado, frente al “formateo de las mentes” de la esfera mediática, frente al consumo acrítico de ocio cultural, frente a todo ello, el gran desafío hoy es darnos el espacio y el tiempo para ponernos a pensar.”

Espacios donde dudar, desde donde hacerse y compartir preguntas que no tengan por qué tener respuesta, pero que están generando un acto político en la revisión de cosas que damos por hecho a menudo. En el conversatorio de Galaxxia con Personaje Personaje hablaba de la innfección de los espacios, infección de espacios de ocio y fiesta que ocurra el discurso de lo político y crítico, contaminar el espacio de lo académico, de lo festivo... desde lo informal.

La generación de estos espacios comunitarios suele darse a través de herramientas ancestrales de reunión como en la ritualidad de las acciones cotidianas. De alguna forma en estos gestos encontramos naturalidad, organicidad y una gran diversidad de saberes propios que pueden ser intercambiados. Uno de los factores comunes de pensamiento que se ha dado en este proceso Galaxxia ha sido la necesidad de partir desde lo conocido, lo tangible y por tanto lo cotidiano como base para la consolidación de vínculos necesarios en el hacer cultural. Probar estrategias imaginadas o apropiadas de prácticas ancestrales, como el ritual de comer, en el que podemos encontrarnos un territorio común pero también todo un terreno de especificaciones desde las que partir y compartise en lo micro. Lo cotidiano, el espacio público, la fiesta, la reunión, cocinar juntes, cuidar plantas y animales desde lugares no antropocéntricos, y la apropiación de esas estrategias. Así mismo cuestionarnos por qué los espacios dan lugar a que ocurran dinámicas y cómo no es lo mismo un espacio doméstico que un espacio público, no sólo en el plano físico sino a la hora de imaginar contextos.

Felipamanuela, plataforma cultural independiente con sede en Madrid, propone programas de residencias de investigación como las Residencias de Investigación de Arte y Educación de Mayo 2018 con las artistas educadoras invitadas Paola Malavasi (Costa Rica, 1987) y Sofía Olascoaga (México, 1980). Como parte del programa de residencias, se plantea una actividad en formato de comida (entendida como el proceso de cocinar juntes, comer, hacer sobremesa y recoger) en colaboración con CAR Centro de Acercamiento a lo Rural de Campoadentro​, reuniendo distintos espacios independientes que generan proyectos de residencias. Después una vez se habían conocido las distintas personas invitadas, Sofia Olascoaga propone una serie de ejercicios para encontrar sinergias entre los distintos espacios invitados, como Hablarenarte, Yaby, La limonera project. Estos ejercicios consistían en generar preguntas muy concretas, como dentro de las distintas organizaciones quienes se encargan de tareas dentro de lo cotidiano como reponer el papel higiénico. De esta forma se termina hablando de las estructuras que operan a través de los proyectos. Se reúnen perfiles de espacios y disciplinas variadas y diferentes entre sí, pero que al compartirse en las necesidades y vulnerabilidades de la gestión de espacios, encuentran puntos comunes. La importancia de estos ejercicios no radicaría sólo en si ha surgido de ahí propuestas colaborativas, sino que después de conversar y ponerse en común debates que preocupan a distintes agentes, ya se está empezando a generar vínculos y posos que con el tiempo podrían tomar otras formas. Estos posos, suponen la base sobre la que empezamos a darnos cuenta de ciertas necesidades comunes, y pueden ser primeras experiencias para llevar a cabo acciones colaborativas y asociativas.

En este proceso de escritura de distintas experiencias y conocimientos vividas en Galaxxia, las integrantes de generacion2, a través de la participación de una de nosotras en el proceso (aunque trasladando esos debates a todas), hemos conectado con la necesidad de métodos de exploración desde lo intuitivo y experiencial. A través de la escritura, se pone en común las distintas experiencias pero también las reflexiones que nos generan y que queremos compartir y es un lugar desde el que poder leernos detenidamente con los ritmos que cada une necesite. Los proyectos mencionados anteriormente suponen referentes prácticos en los que en su mayoría hemos participado y sobre los que apoyarnos para dar rienda suelta a las cosas que de forma teórica o imaginaria nos rondan las mentes.

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