Nomadismo desde la(s) periferia(s)

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Nomadismo desde la(s) periferia(s). Una propuesta inacabada de resistencia cultural es un texto realizado por Enrique Fuenteblanca en mayo de 2021. Enrique fue uno de los dos seleccionados en la convocatoria de pensamiento y escritura de Gravedad13.

I

«De lo que se trata es de crear márgenes, en vez de dejarnos encerrar por ellos». [1]

En el texto Márgenes y periferias, Marina Garcés explica cómo, en el año 2002, inicia junto a otras compañeras el proyecto Spai en Blanc. Allí se preguntan cómo crecer en los márgenes y apostar por la descentralización institucional sin ser marginales ni excluidos. Para Garcés, la iniciativa consiste en generar márgenes y periferias en los que habitar, animados por la idea de un lugar común y diverso.

Nuestro paisaje (cultural, generacional, político, socio-afectivo…) está constituido por una idea de nosotros compuesta de diversidades y que aún no ha superado las formas históricas de las luchas de poder. Dicho de forma metafórica, es una galaxia repleta de nodos, redes y periferias, de centros y márgenes. En esta red, las fuerzas gravitatorias son los posibles modos de relacionarnos que se dan entre los binomios de lo común y lo diverso, lo hegemónico y lo contrahegemónico, lo institucional y lo independiente.

Nuestra ética se enfrenta a la siguiente pregunta: ¿cómo transformar el modelo de lucha social en una red de cuidados, comunidad y acogimiento de las diferencias?


II

«Es necesario darnos contextos de interpretación que alteren las coordenadas de los actuales centros y periferias. Pero es necesario también dejarlos inacabados para que se conviertan en espacios comunes». [2]

Toda periferia es, a su vez, centro de otra periferia. De lo que se trata es de generar un espacio en el que los nodos, es decir, aquellos lugares de confluencia social y cultural que compartimos, posibiliten la diversidad y la no acumulación de recursos y capital político. Dicho de otro modo, se trata de construir nodos y periferias habitables. Es aquí donde se presenta nuestro principal reto: los centros de poder arrasan con la posibilidad de imaginar y practicar otras formas de vida posible. A estos centros se refiere Garcés como «centros vacíos».

El nomadismo como resistencia cultural es una propuesta que reflexiona sobre las posibilidades de transformación de los centros vacíos.


III

«… siempre que se produce una acción contra el Estado, indisciplina, sublevación, guerrilla o revolución como acto, diríase que una máquina de guerra resucita, que un nuevo potencial nomádico surge, con reconstitución de un espacio liso o de una manera de estar en el espacio como si fuera liso». [3]

Frente a la idea de un mundo líquido postulada por Zygmunt Bauman [4] en la que las relaciones humanas están perdiendo su consistencia estructural, nos hallamos en un mundo basado en la circulación, posesión y datación de la información extraída de las interacciones entre los diferentes individuos. De este modo, las relaciones interpersonales (ya sean dadas en espacios públicos o íntimos) tienden a cristalizarse en forma de chats, facturas, registros visuales o sonoros, creando un sistema de panópticos [5] culturales que condicionan la movilidad y capacidad de actuación del individuo.

De forma simultánea nos encontramos ante un aumento exponencial de la capacidad de ordenación y delimitación del territorio por parte de los dispositivos de poder e instituciones sociales y estatales. La libre circulación del individuo ya no solo se adscribe a la creación de fronteras u organismos de control de la población, sino que el individuo contemporáneo experimenta una burocratización exponencial de los procesos que gestionan y controlan su movimiento.

Frente a esta situación, el nómada o sujeto líquido (invirtiendo las propuestas teóricas de Bauman) se plantea como un agente político que, en vez de abandonar el territorio o “edificarlo” participando de dichos dispositivos de poder, decide habitarlo de manera adaptativa y sorteando aquellas limitaciones “fronterizas” dispuestas por los dispositivos de poder y la cristalización y pre-configuración de su movimiento.


IV

«Frente a una lógica férrea y unívoca, [el pensamiento débil es] necesidad de dar libre curso a la interpretación; frente a una política monolítica y vertical del partido, necesidad de apoyar a los movimientos sociales transversales; frente a la soberbia de la vanguardia artística, recuperación de un arte popular y plural; frente a una Europa etnocéntrica, una visión mundial de las culturas». [6]

En cierto sentido, el nomadismo (geográfico y cultural) es una de las formas comunes de habitar las periferias. Refiriéndose a la situación de persecución histórica sufrida por el pueblo gitano, Pastora Filigrana nos muestra cómo el verdadero motivo de sus formas de vida nómadas obedecen a una necesidad de supervivencia frente al sistema-mundo, que lo ha expulsado de su seno por su resistencia a ser absorbido por el sistema de producción industrial-capitalista. De esta forma, nomadismo significa la puesta en práctica (forzosa) del binomio resistencia/resiliencia.

El nomadismo (cultural, político y geográfico) podría entenderse, entonces, como una forma de ecología-cultural y práctica de resistencia. Una forma, tan antigua como urgente, de habitar nuestro paisaje ofreciendo una alternativa a las formas capitalistas de institucionalización. Es el ejemplo de pueblos como el gitano, históricamente negado, maltratado y criminalizado. Se trata, entonces, de una reflexión sobre los senos de nuestras propias periferias y nuestras formas de habitarla. También se trata de crear nuevos espacios de cooperación y resistencia, fórmulas abiertas capaces de proporcionar nuevos márgenes que delimiten nuestro paisaje.

En definitiva y como Marina Garcés refería en su texto, hablamos de crear nuevos marcos, de «dejarlos inacabados para que se conviertan en espacios comunes».


Conclusiones. Otros lugares en los que habitar.

Tal y como se anuncia en el título de este texto, hablamos de una propuesta inacabada, de una forma de pensamiento que nos sirva para reflexionar sobre nuestros modos de hacer. No obstante, ante la gravedad de nuestro tiempo, urge encontrar espacios cuyas propuestas puedan habitar los lugares nómadas a los que nos referimos. Por ello, podemos mostrar la actividad de colectivos y proyectos como el propio Spai en Blanc, cuyos textos aún pueden visitarse en su web. Pienso en ideas de pensamiento abierto y colectivo como el de las compañeras de crisi, un espacio de encuentro y pensamiento que busca repensar nuestro mundo desde los márgenes y periferias que escapan a la academia, acogiendo discursos no hegemónicos. También pienso en lugares que habitan el entorno rural como lxs compañerxs de LFDTV, donde se exporta el aprendizaje de otros modos de vida posible asimilando, de forma simultánea, el de aquellos que visitan el lugar. Por último, me gustaría hablar, ante todo, agradecer, al espacio conformado por lxs amigxs de Galaxxia, que animaron a escribir este texto que nace pensando en sus propias propuestas y modos de hacer.

Se podrían, así, mencionar muchos otros lugares que, desde la riqueza de su diversidad, nutren las formas de habitar los márgenes de las instituciones hegemónicas. Se trata entonces de una cuestión relacionada con la atención y la participación, con visibilizar y transitar nuevos nodos y, también, saber abandonarlos. Algo así podía referir el artista chino Ai Weiwei cuando hablaba de ser como un gato, que «siempre deja tras de sí la puerta abierta».

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

Referencias

[1] Garcés, M. (2016). Fuera de clase. Textos de filosofía de guerrilla, Barcelona, Galaxia Gutenberg.

[2] Ibid.

[3] Deleuze, G., Guattari, P. F., & Pérez, J. V. (2004). Mil mesetas. Pre-textos.

[4] Bauman, Z. (2015). Modernidad líquida. Fondo de cultura económica.

[5] El uso del concepto de panóptico deriva de las reflexiones realizadas por Faucault en su obra Vigilar y Castigar. Foucalt, M. (2002). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión.

[6] Vattimo, G. y Rovatti, P (1988). El Pensamiento débil. Madrid: Cátedra.

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